Desde hace más de 375 años Paulaner fabrica la cerveza Salvator siguiendo la receta tradicional creada por los monjes paulinos, con ligeros cambios para perfeccionarla con una corona de espuma color caramelo, una tonalidad castaña combinada con su seductor aroma a chocolate que despliega su agradable intensidad en cada sorbo.
A estas sensaciones se une la malta más fina de Múnich, completada con una ligera nota de lúpulo en el paladar.
Tantas veces copiada pero nunca alcanzada: El Padre de todas las cervezas fuertes, es con la que inicia la historia de Paulaner ¿quieres conocerla?
Los monjes paulinos llegaron a Múnich procedentes del sur de Italia. Su orden, muy rigurosa, no les permitía tomar alimentos sólidos durante los períodos de ayuno. Esto hizo nacer en ellos la idea de elaborar una variedad propia de cerveza, especialmente fuerte, siguiendo el lema de “el pan líquido no rompe el ayuno”
Sin embargo, el hecho de que los monjes comenzaron a suministrar su cerveza al público en general, en parte como limosna, despertó un gran enojo entre los fabricantes laicos de cerveza. Estos escribieron una carta de queja a la autoridad pública de Múnich.
Esta carta, del año 1634, está considerada como el acta de nacimiento de la Cervecería Paulaner.
El nombre de Salvator procede del término alemán “Sankt Vater” lo que equivale a decir “cerveza del santo padre”. La receta original de la cerveza Salvator ha ido evolucionando a lo largo de los siglos de la mano de nuestros maestros cerveceros y no ha dejado nunca de despertar el entusiasmo de los amantes de la cerveza en todo el mundo.
Y una cerveza como esta no puede servirse en cualquier vaso, es por ello que tenemos el vaso “Salvator” de Paulaner para que puedas disfrutarla aun más!
